jueves, 16 de enero de 2014

OPINION:Qué está pasando en Burgos



 Escolar.net
 



Para entender a qué viene la durísima oposición de los vecinos del barrio burgalés de Gamonal a las obras de un simple aparcamiento, hay que remontarse mucho. Al menos un par de décadas.


Como siempre que un conflicto estalla, las causas rara vez se pueden explicar con lo que sucedió el día anterior. Para entender qué está ocurriendo en Burgos y a qué viene la durísima oposición de los vecinos a un simple aparcamiento hay que remontarse mucho. Al menos un par de décadas, si no más.

Durante años, antes incluso de la llegada de la burbuja inmobiliaria, Burgos fue una de las ciudades con la vivienda más cara de España, sólo superada entre las capitales de provincia por Madrid, Barcelona y San Sebastián.

¿La causa? A simple vista parecía inexplicable. Burgos no es ni mucho menos una gran urbe, unos 180.000 habitantes. Su población es estable desde hace años y, comparada con otras, apenas ha recibido inmigración.

No tiene tampoco ninguna barrera natural para su expansión: está en mitad de un llano, sin esos límites que en otras ciudades pone la montaña o el mar. No tuvo tampoco un desarrollo económico excepcional: ni es un Silicon Valley, ni ha vivido ningún repunte industrial.

Es una ciudad conservadora donde nunca parecía pasar nada, más allá de esa aparente maldición que obliga a la mayoría de los jóvenes a escapar. Conozco bien de lo que hablo. Nací en Burgos, estudié un año allí, en el Instituto Cardenal López de Mendoza, y gran parte de mis compañeros de estudios viven hoy en Madrid, forzados a emigrar por la falta de oportunidades en la ciudad.

Sólo hay una razón que pueda explicar por qué en Burgos la vivienda se disparó: la corrupción urbanística. Durante años, un constructor y sus amigos manejaron las recalificaciones del Ayuntamiento, que controlaba la derecha. Ese constructor se llama Antonio Miguel Méndez Pozo, aunque todo el mundo le conoce como Michel Méndez Pozo. O como "el jefe". No solo se dedica al ladrillo. Es también dueño del Diario de Burgos, el periódico más leído y con más influencia en la provincia.

Con una mano, Méndez Pozo controlaba las listas de la derecha al Ayuntamiento, donde llegó a amparar una candidatura de "independientes" contra la lista de Alianza Popular. Con la otra, manejaba la política urbanística de la ciudad.

Sus componendas con el Ayuntamiento llegaron a juicio a principios de los noventa. El propio José María Aznar –entonces presidente de la Junta de Castilla y León y líder regional del partido, además de amigo íntimo de Méndez Pozo– tuvo que declarar por sus estrechas relaciones con el constructor; Aznar reconoció que le pedía su "opinión", que era su asesor para temas urbanísticos.

En 1992, el alcalde de Burgos, José María Peña, fue condenado por prevaricación a doce años de inhabilitación para cargo público. A Méndez Pozo le cayeron siete años y tres meses de prisión. Sin embargo, el constructor sólo cumplió nueve meses antes de salir de la cárcel en tercer grado.

Más tarde, el Gobierno de José María Aznar indultó al alcalde Peña, que volvió a presentarse a las municipales y salió elegido concejal (Burgos es así).
La cárcel no fue un obstáculo en la carrera de Michel Méndez Pozo. Al contrario.

Tras pasar por la trena, no sólo no se convirtió en un apestado sino que aumentó aún más su fortuna, sus relaciones y su poder. En Valladolid, se alió con el grupo PRISA para lanzar otro periódico, El Día de Valladolid. En Navarra, se asoció con la COPE.

Puso en marcha la delegación autonómica castellanoleonesa para Antena 3, y también pactó con su antiguo rival, el constructor leonés José Luis Ulibarri, para montar juntos la televisión autonómica semipública –la paga la Junta– de Castilla y León.

Su grupo de comunicación, Promecal, también se expandió a Castilla-La Mancha. Allí lanzó varios periódicos que fueron muy leales al PSOE hasta que ganó el PP. De paso, aprovechó su presencia en los medios para sacar tajada con sus otros negocios: sus empresas constructoras están entre las principales deudoras de la quebrada Caja Castilla-La Mancha. Méndez Pozo también invirtió en dos de los agujeros negros más famosos de la comunidad: el ruinoso aeropuerto de Ciudad Real y el proyecto de parque temático "El Reino de Don Quijote".

Burgos fue y ha seguido siendo el bastión de Méndez Pozo. Con la ayuda del periódico, se ha impuesto antes y ahora al propio Partido Popular, en una extraña relación donde un hombre que nunca ha sido militante del partido es el auténtico poder. Los alcaldes cambian pero Méndez Pozo permanece.

El Diario de Burgos un día calla y al otro se convierte en referente del periodismo de investigación, al destapar un escándalo con la factura telefónica de uno de los concejales del Ayuntamiento, casualmente uno con mala relación con el constructor. De fondo de estos navajazos, un proyecto: el del aparcamiento en el barrio obrero de Gamonal.


El Vallecas de Burgos

 

Para entendernos, Gamonal es el Vallecas (o el Hospitalet) de Burgos: un antiguo pueblo en las afueras de la ciudad que acabó anexionado por la capital provincial. El franquismo llevó a Gamonal el mayor polígono industrial de la ciudad y la inmigración rural convirtió el antiguo pueblo en un barrio obrero de aluvión, de inmensos bloques de pisos de ladrillo visto, donde hoy viven cerca de 70.000 personas en la zona más densamente poblada de la ciudad.

La principal avenida de Gamonal, esa calle Vitoria donde el alcalde quiere construir el aparcamiento con bulevar, es la antigua carretera N-1, que unía al antiguo pueblo con la ciudad. Por las noches, funciona un pactado sistema de aparcamiento en doble fila. Los vecinos se organizan entre ellos, según sus horarios, para dejar sus coches sin el freno de mano puesto.

El barrio, tan poblado, apenas tiene aparcamientos. Cuando se construyó, los obreros no tenían coches. Hoy Gamonal, donde el paro se ha disparado, es el barrio de Burgos donde más se nota la crisis, donde viven las personas más castigadas por la situación económica.

Los vecinos se oponen al aparcamiento porque dejará la mayor vía que une el barrio con el centro de la ciudad con sólo un carril en cada dirección –ahora hay cuatro–, y porque se quedarían sin sitio donde aparcar. Los nuevos aparcamientos serán muy caros: 19.800 euros por cada plaza, que además no es en propiedad sino en alquiler por 40 años, por lo que después no se podrán vender con facilidad.

Además, los vecinos no entienden que esa obra de 8 millones de euros sea la prioridad en un barrio sin apenas equipamientos –hay una guardería a punto de cerrar porque faltan unos míseros 13.000 euros– y en un Ayuntamiento cuyas cuentas están al borde de la bancarrota.

Por supuesto, detrás del aparcamiento en Gamonal hay una sombra, omnipresente en la ciudad: la de Méndez Pozo. Ha sido una de sus empresas la que ha diseñado el proyecto y es la constructora de uno de sus socios habituales con los que trabaja la que se ocupará de llevarla a cabo, si es que los vecinos no la logran parar.

El Ayuntamiento confiaba en acabar con las protestas por la vía habitual: con el apoyo de los medios amigos. En Burgos hay dos diarios, ambos conservadores. Uno es de un imputado en la Gürtel; el otro, de un condenado por corrupción. El Diario de Burgos es de Méndez Pozo y el otro periódico de la ciudad, El Correo, es de su socio en la televisión autonómica, José Luis Ulibarri, otro constructor leones, imputado por la Audiencia Nacional en la trama de Francisco Correa y el Bigotes.

El Correo, para más señas, se distribuye de forma conjunta con El Mundo. Además de con Unidad Editorial, el imputado Ulibarri también ha cerrado acuerdos con el grupo Vocento –editor de ABC– y ahora está aliado con EsRadio, la emisora de Jiménez Losantos. Todos estos negocios entre los editores de Madrid y los prohombres del ladrillo castellano explican también por qué el nombre de Méndez Pozo apenas se conoce fuera de Burgos.

Sin embargo, el apoyo de los periódicos de Burgos –como ejemplo sirve este tendencioso artículo en el Diario de Burgos o esta portada de El Correo– no ha servido en esta ocasión para acallar las protestas. El Ayuntamiento ha olvidado algo fundamental: que ahora existe internet y las redes sociales, donde la información es mucho más difícil de controlar.

Gamonal no es muy distinto a otros barrios obreros españoles. Pero nadie podría imaginarse que fuese una ciudad aparentemente tan conservadora y católica como Burgos donde se viviese un estallido así. Los turistas que visitan la catedral olvidan que un tercio de sus habitantes viven muy lejos del elegante paseo del Espolón, en el olvidado Gamonal.

El PP está alarmado y ha llamado a capítulo al alcalde de la ciudad, Javier Lacalle. Su miedo es razonable. Lo que hemos visto en Burgos no es muy distinto a lo que ha pasado antes en otros disturbios como los de Londres o París. O a lo que podría pasar en otras ciudades españolas ante chispas tan aparentemente inocentes como la remodelación de una calle.

Por mucho que el PP quiere mezclar esta protesta con la kale borroka, asegurando que los jóvenes violentos venían de otra ciudad –han inventado el "turismo manifestante"–, la realidad es que los detenidos son tan de allí como la morcilla o la catedral. Es lo que pasa cuando el paro juvenil se dispara y hay una última gota que desborda el vaso.

Dice Noam Chomsky que la violencia nunca surge de la nada. Tampoco en Gamonal.




POBLES DE LA MAR: ¿Otros Gamonal?

Sombras en la ciudad

Descubre quién está tras las sombras de la ciudad

 


Por el Bulevar de los Méndez Pozo

 

Nos informa el Diario de Burgos del comienzo inminente de las obras del Bulevar de la calle Vitoria. Un proyecto que va a costar, en su primera fase, ocho millones de euros y del que sólo sale beneficiada la constructora que realizará la obra, propiedad de Méndez Pozo, casualidades de la vida.

Los 18 meses que pretenden que duren las obras serán un año y medio de quebraderos de cabeza para vecinos y comerciantes de la zona. Pero una vez transcurrido ese tiempo, no se preocupe que comenzará lo bueno.

Desaparecerán las 350 plazas de aparcamiento que hay en la actualidad en la calle Vitoria, para pasar a tener 256 en un parking subterráneo privado al módico precio de salida de 19.225 euros cada una de ellas. Deje de pestañear. No me he equivocado con las cifras.

Llegado ese momento usted dirá: ¿podremos circular por el flamante Bulevar? ¿Mejorará el tráfico? Tampoco. Sólo habrá un carril por cada sentido y sólo podrán circular por su exclusivo asfalto taxis, autobuses, ambulancias y vehículos de carga y descarga. Maravilloso.

Este Ayuntamiento, que pone de excusa el déficit municipal para cerrarnos guarderías o para no pagar a proveedores, no parece reparar en gastos cuando la cosa trata de sanear las cuentas de Méndez Pozo con su dinero y el mío.

Con la explosión de la burbuja inmobiliaria el dueño del Diario de Burgos necesita de la inestimable ayuda de las instituciones públicas para seguir haciendo negocio a nuestra costa. El escándalo del concejal Eduardo Villanueva fue la cabeza de caballo sanguinolenta que ‘Il Padrino burgalés’ metió en la cama del alcalde Javier Lacalle para darle un aviso.

Si no hacía lo que Méndez Pozo quería, podría disparar hacia arriba desde las páginas del Diario hasta hacer caer al actual Equipo de Gobierno.

La solución de la derecha para sacarnos de la crisis pasa por repetir el modelo de los pelotazos urbanísticos. Más de lo mismo. Dosis extra de virus para el enfermo que agoniza.

Con Méndez Pozo presionando, la opinión de los vecinos de Gamonal importa muy poco en el Ayuntamiento. Ya sabemos que todos somos iguales pero unos más que otros. Así que la única oportunidad de parar esta obra pasa por organizarnos y luchar.

Tenemos otra oportunidad de bajar la Política de los despachos a la calle, ese lugar donde se le incendian los ojos de justicia y se muestra, vestida de pueblo, con toda su belleza desbordante.

Actualización: Mientras que la empresa de Méndez Pozo realizará las obras del Bulevar, Arranz Acinas y Copsa llevarán a cabo las del aparcamiento subterráneo y la posterior venta de las plazas al precio señalado arriba.

Esto se hará a pesar de que la rival en el concurso, procedente de Cantabria, demostró mayor solvencia económica y un presupuesto de urbanización 260.000 euros más barato, así como un precio por plaza de parking 1.800 euros más barata que la adjudicataria. Más de lo mismo.

Se me ocurren tres preguntas a las que no tengo respuesta. ¿Cuántos pisos tiene vacíos Arranz Acinas? ¿Cuánto debe a sus trabajadores? ¿Cuántos despidos ha realizado en los últimos años?



Por el bulevar de los Méndez Pozo (III)

 

Méndez Pozo

A través de la figura de Méndez Pozo se explica la situación de crisis política, económica y social de la actualidad. Gran constructor que se sirve del poder político para trasvasar dinero de las arcas públicas a su bolsillo.

Los empresarios como él que nos venden la quimera del emprendedor sólo saben hacer negocio y alcanzar dividendos saqueando lo público.

Sus medios de comunicación sobreviven gracias a las inyecciones económicas de los gobiernos regional, provincial y municipal, mientras que las obras públicas sanean las cuentas de sus constructoras. De esta forma, sus empresas sirven de alquimia para convertir el dinero público que pagamos tú y yo en el beneficio privado que disfruta él.

En cualquier caso, no es el único beneficiado de la construcción del bulevar. Méndez Pozo ha realizado el proyecto por más de 200.000 euros, mientras que Arranz Acinas y Copsa serán las encargadas de la construcción del bulevar y de la posterior venta de las plazas de aparcamiento privado que se construyan (250, mientras desaparecerán 350 plazas de aparcamiento público en las calles).

Construyendo hegemonía

Gamonal está teniendo signos de madurez política muy notables. El más destacado fue la manifestación de ayer con parada en la sede del Diario de Burgos y de la empresa constructora de Méndez Pozo.

Algo semejante hace un par de años hubiese sido impensable, por lo que ver cómo miles de personas conducían sus pasos hacia allí señalando a los culpables me pareció maravilloso.

Aquellos vecinos estábamos diciendo: “Sabemos quiénes sóis los responsables de esto. Sabemos que los constructores mandáis en la ciudad. Sabemos que tenéis periódicos para defender desde sus páginas vuestros intereses y ya no os creemos porque somos conscientes de que no nos contáis la verdad. Ojito.”

La ruptura con el discurso oficial publicado en los medios y la clara vinculación constructor-dueño de periódico que manda sobre político títere son dos pasos fundamentales que hay que dar para ganar esta batalla y otras futuras que vendrán.

Detenidos


Tanto el viernes como el sábado se produjeron detenciones indiscriminadas y arbitrarias. La noche del viernes al sábado los incidentes se produjeron alrededor de las 23:00. Transcurridas tres horas y a la vista del cariz que estaban tomando los acontecimientos, la Policía Nacional tomó la decisión de detener gente. Se dedicaron a hacer encerronas en diferentes calles
deteniendo a chavales que estaban simplemente protestando, observando el panorama o que pasaban por allí. Prueba de lo que digo es que ninguno de ellos tiene antecedentes.

Por cierto, para los fetichistas de la kale borroka, todos son de Burgos y muchos de ellos menores de edad. Valiente, la policía. Estas detenciones lo único que han hecho es caldear más el barrio.

Si has sido testigo de alguna de estas detenciones, puedes ponerte en contacto con una persona de la asamblea, que se encarga de recoger todos estos testimonios, para que los chavales del barrio no paguen por cosas que no han hecho.

Las asambleas siguen convocándose a las 12:00 y a las 19:00 en la Zona Cero. La lucha sigue su curso. El barrio está en pie. Ahora mismo, cientos de personas impiden la entrada de las máquinas a la obra.

Ayer dijo el alcalde que hará la obra. Nadie le escuchó. Esa decisión ya no está en su mano, ni en la de los constructores que pretenden enriquecerse a nuestra costa. Esa decisión es nuestra y tener en frente a un barrio consciente y empoderado tiene que dar mucho miedo.

P.D.
Tomen nota Pobles de la Mar!!

 

martes, 14 de enero de 2014

POBLES DE LA MAR: Cultura

El Cabanyal i les concepcions antagòniques de la vida

 El PAIS

  | 12 de enero de 2014

  L'associació L'Oronella, que l'any 2007 va publicar el volum trilingüe Houses from El Cabanyal (A modernist heritage for the Valencia in the XXI century), ara acaba de traure'n una segona edició. Guarde com un petit tresor el volum original, que la gent de L'Oronella em va enviar molt amablement. Després de tot el que s'ha discutit i el que s'ha destralejat al voltant del projecte -aberrant i megalòman- de partir en dos el barri amb més personalitat de la ciutat de València per a què els cotxes procedents de l'avinguda Blasco Ibáñez arriben quinze segons abans a la platja, llegir aquest llibre proporciona l'argument més simple en favor de la preservació del Cabanyal. Per això ni la mai prou ponderada alcaldessa del Cap i Casal ni cap els seus adlàters ho faran mai.

 

 

Una façana ben característica del Cabanyal

  



Houses from El Cabanyal és, simplement, un recorregut fotogràfic (amb una aclaridora introducció de Joan Víctor Pascual i Felip Bens) per la pell del barri: les seues façanes. Plans de conjunt per a una decoració senzilla -"modernista", sí, però "popular"- i plans de detall per a una munió de reixes (de finestres, de portes i de balcons), balustrades, ventalles, miradors... Un estil perfectament reconeixible que, com en cap altre lloc de la ciutat, dota d'una senzilla però ferma personalitat un barri on, a més, la manera de viure, el caràcter de la gent i la puixança de la llengua pròpia assoleixen una excel·lència més que remarcable.
  Poc després de l'aparició de la primera edició d'aquest llibre, el diari Público em va enviar a la zona per a fer un reportatge sobre el terreny,  convertit en el permanent ull de l'huracà informatiu des de l'any 1998 gràcies als plans de Rita Barberà. Amb un fotògraf, vaig recórrer el barri parlant amb la gent sobre els plans que els reservava la majestuosa alcaldessa. Naturalment, n'hi havia opinions a favor i en contra, però el més interessant del cas era com l'argument més habitual entre els defensors de la intervenció urbanística radical -eliminar la droga i la delinqüència del barri- era el mateix que esgrimien els partidaris de la seua integritat, però a la inversa: segons aquests darrers, era l'ajuntament qui havia permés la degradació del Cabanyal per a justificar una cirurgia definitiva.
  Òbviament, jo no hi era neutral. No crec que ho haja sigut mai en cap dels temes que he abordat en la premsa, siga en el gènere que siga. Si d'un tema no tinc opinió, procure no obrir-hi la boca (com a tertulià de televisió, ja ho veieu, seria una estricta calamitat). Però si em pose al teclat del meu ordinador, doneu per segur que no seré "objectiu". Cas de ser jo un periodista, això seria un greu problema, però per sort només sóc un pobre escriptor a qui deixen escriure als periòdics. Jo estava i estic a favor de la preservació del Cabanyal, perquè la prolongació de l'avinguda Blasco Ibáñez -un projecte que ja va sorgir de la febril imaginació de l'arquitecte Manuel Sorní Grau l'any 1865, com vaig explicar en Viatge pel meu país- em sembla una monstruositat covada amb l'excusa d'una idea dinovesca de "progrés". Per sort, el pla morirà políticament amb Barberà, perquè no crec que els polítics que la substituïsquen després de les pròximes eleccions siguen tan estúpids com per a mantindre'l. Però mentrestant, el barri es desintegra, es deteriora, es desfà. I el que millor ha certificat això és la segona edició del llibre que glosse. En poc més d'un lustre, una vintena llarga de les cases que apareixien en l'edició original ja no existeixen. El Cabanyal, com un vell llop de mar -digne, però xacrós; orgullós però atemorit-, està en un impasse destructiu que ha de ser superat.
  En el fons, no és només el model de ciutat el que hi està en joc. Són també dues concepcions antagòniques de la vida el que s'han enfrontat amb l'excusa del Cabanyal. No deixa de ser curiós, en aquest sentit, que els mateixos capitostos que tenen tot el dia a la boca els tòpics culturals que van encunyar Sorolla, Escalante o Blasco Ibáñez (tots tres autors estretament vinculats al barri), estiguen disposat a destruir sense pestanyejar l'escenari que va permetre el naixement d'allò que ells estan tot el dia defensant de gegants imaginaris. Però això només és una més de les paradoxes d'aquest estrany país on ens ha tocat nàixer...