20.03.2015 | 04:15
Jorge Hermosilla Pla
La regla es ir contra las reglas cuando no se puede conseguir de otro modo
un resultado feliz». El arte de la prudencia. Baltasar Gracián.- Esta reflexión
del jesuita, a mediados del siglo XVII, podría servirnos
de referencia para
adivinar cómo lograr una solución satisfactoria y beneficiosa para el barrio
del
Cabanyal-Canyamelar.
Ante situaciones de conflicto que se prolongan en el
tiempo, es aconsejable la adopción de decisiones prudentes, prácticas, a la vez
que atrevidas, capaces de resolverlas.
Cuando se declaró BIC a la singular trama reticular que caracteriza al
Cabanyal, en 1993, se desconocía el devenir de este barrio tradicional de València.
Desde entonces, transcurridos más de 20 años, no deja de sorprender cuál es el
actual escenario del
barrio, en el que se ha asentado un conflicto politizado y judicializado como resultado del PEPRI Cabanyal-Canyamelar (1998-2001) y la suspensión del
Plan por el Ministerio de Cultura (2009).
No somos juristas, pero como
ciudadanos nos preocupan las consecuencias que para los vecinos y las
vecinas
han tenido este proceso que se alarga más de dos décadas.
Desde la
Universitat de València, institución pública comprometida con su entorno
territorial, mostramos nuestro interés en conocer la situación real del barrio
y apuntar las posibles alternativas
que puedan facilitar su desarrollo.
La Universitat de València decidió, a través de su Consejo de Gobierno, la
elaboración de un informe de perfil multidisciplinar que permitiese la
identificación y el conocimiento de la situación del barrio.
Un colectivo integrado por especialistas de diversas disciplinas, como la economía local, la
historia del
arte, la sociología, la geografía, los servicios públicos, el
derecho o el patrimonio cultural, abordaron un
análisis plural y global (*), y
participativo... pues se contó con la implicación de colectivos sociales del
barrio, como son las asociaciones de vecinos, las de empresarios, las de
carácter cultural, o de perfil
reivindicativo; así como la colaboración de los
portavoces de los partidos políticos con representación
en el consistorio municipal.
El Cabanyal-Canyamelar es un barrio tradicional, que forma parte de los
Poblados Marítimos, que
contaba con unas doscientas barracas en el siglo XVIII,
y que tras el incendio de 1796 fue adquiriendo
una planta urbanística
ortogonal, reticular, hoy una singularidad espacial.
Cuenta con una
localización privilegiada, en el frente marítimo de la ciudad, próximo al
puerto de
València y a las dos universidades públicas ubicadas en la Avinguda
dels Tarongers, la Universitat de
València y la Universidad Politécnica.
Se
trata de un barrio activo socialmente, con un alto nivel de participación y asociacionismo.
Es reconocida la actividad de agrupaciones musicales, colectivos relacionados
con la Semana Santa
Marinera, asociaciones vecinales, plataformas
reivindicativas, colectivos empresariales, asociaciones
falleras, etc., que le
proporcionan un contrastado dinamismo social.
Los autores del informe entendemos que los problemas del Cabanyal-Canyamelar
no se limitan, no se
circunscriben, al ámbito urbanístico. Si bien son los más
conocidos.
El barrio está experimentando en las últimas décadas unas profundas
transformaciones sociales, que desdibujan su situación de antaño.
Problemas
relacionados con la terciarización de su población activa (más del 75%), con el
proceso de
envejecimiento, con la pérdida de población (en los últimos cuarenta
años ha disminuido un tercio), con la aparición de bolsas de inmigrantes de
diversas nacionalidades y etnias, y el consiguiente proceso de la «guettización»
de parte de él.- Además se ha asentado un sentimiento de incertidumbre y de
desarraigo entre la población residente.
El barrio pues padece una
ralentización económica, como consecuencia de la regresión de actividades
tradicionales y los problemas específicos del sector comercial, así como una fractura social, derivada de la desaparición de actividades de antaño y de las posturas antagónicas creadas bajo el amparo de la prolongación del Paseo al
Mar.- Se suceden actitudes que defienden la modernidad, las oportunidades de
negocio con la prolongación, de otras que la relacionan con el origen de las
ocupaciones ilegales de numerosas viviendas deshabitadas o los derribos de
construcciones.
El paisaje y el paisanaje urbanos se han visto degradados.
La
imagen actual se aleja de aquella idílica de un barrio tradicional marinero.
La
degradación paisajística ha ido ganando terreno al barrio.
La imposibilidad de
otorgar cualquier tipo de licencia no sólo en la zona PEPRI (1999) sino también
en
la BIC (1993), contribuye a esa sensación de paralización progresiva del barrio.
Con todo, la imagen del barrio Cabanyal-Canyamelar se ha visto profundamente
deteriorada.
Situación que ha desembocado en un atractivo depreciado y en
repercusiones negativas tanto económicas como sociales para él.
¿Qué necesita
el barrio para su recuperación?
¿Qué se debería hacer para restituir su imagen
de barrio atractivo?.
Las acciones necesarias para su «rehabilitación territorial», es decir, para su recuperación física
(urbanística), económica
(diversos sectores) y social (fomento de la ciudadanía), requieren un
planteamiento integral, participativo, coherente y resolutivo, además de voluntad por
parte de la
totalidad de los actores que participan en la actividad social del
barrio.
La recuperación real del Cabanyal-Canyamelar, como la de cualquier otro barrio
con similares debilidades y amenazas precisa de un enfoque pluridisciplinar
basado en la colaboración de todos los
actores (económicos, políticos,
sociales, culturales, académicos?) que interactúan en el barrio, en el consenso, en el sentido común (de manera que no se puede dilatar más en el
tiempo y los beneficiarios deberían ser los vecinos y vecinas del barrio), y en
la actitud resolutiva, de manera que se
supere la actual paralización de la resolución del problema del Cabanyal-Canyamelar.
El plan diseñado por los especialistas de la Universitat de València aboga
por una batería de acciones necesarias y realizables destinadas a la
rehabilitación integral del barrio.
Entre esas acciones se recoge la elaboración y la aprobación de un Plan Integral Socioeconómico.
La
rehabilitación arquitectónica y paisajística del barrio
El acondicionamiento
social de las viviendas (evitando las ocupaciones ilegales y promoviendo
programas de rejuvenecimiento social).
La reactivación de actividades
económicas como el comercio, el turismo, los servicios profesionales y la
construcción (en concreto la rehabilitación de viviendas).
El programa de
residencias universitarias extensivas que pretende el desarrollo de una
iniciativa que aúne los esfuerzos de la corporación municipal, los empresarios
locales, las universidades públicas y los ciudadanos.
El programa de
reactivación cultural, respuesta a la actividad presente y futura de los colectivos
y asociaciones locales.
Las acciones dirigidas a la sensibilización, la
concienciación y la recuperación de la imagen del
Cabanyal-Canyamelar, como un
barrio tradicional con una historia singular, que facilite el sentimiento (y el
orgullo) de pertenencia a él...
Y finalmente un programa que incentive la convivencia y la colaboración entre ciudadanos y entre
colectivos sociales, que
permita la recomposición de la paz social del barrio.
Son tiempos del uso de la razón, del sentido común, de la prudencia, de
anteponer los intereses de los
ciudadanos a los de otros colectivos, de buscar
pactos políticos eficaces y resolutivos, que no pretendan el reconocimiento ni
de vencedores ni de vencidos.
Son tiempos de ser innovadores en los objetivos,
en las formas de hacer las cosas y en los resultados.
Son tiempos de
participación real, de colaboración y de compromiso de las instituciones y
asociaciones valencianas por resolver sus problemas territoriales.
Son tiempos
de conocer la realidad económica, medioambiental, cultural y social de un
barrio singular
de València.
Es el momento del Cabanyal-Canyamelar !!!
(*) En el informe del Cabanyal-Canyamelar de la Universitat de València
participaron Salvador Montesinos, Elena Grau, Luis Arciniega, Josep Vicent
Boira, Julia Salom, Víctor Tello, Ignasi Lema y Jorge Hermosilla (coordinador).