Lourdes Lancho
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| La manifestación de ayer en plaza de Catalunya (Barcelona) Foto: Ferran Nadeu / El Periodico |
No hay mejor manera de definir lo que está pasando que como “Golpe de estado”. Así que no había mejor día para convocar una protesta ciudadana masiva que el 23 de Febrero. Esta vez no hay ni guardia civil, ni generales ni elefantes blancos detrás. 32 años después el golpe de estado lo están dando de forma lenta y metódica una casta insaciable que cada vez exige más sacrificios, como los dragones de los cuentos.
“Golpe de estado financiero” le llaman… Y no entiendo que ante
semejante amenaza no esté todo el mundo activado dispuesto a defender lo
que nos quieren arrebatar. Digo esto después de salir a la calle ese
23F; no a por la Constitución, sino a defender lo que consiguieron mis
padres sudando, lo que he disfrutado yo y quiero brindar a mis hijos.
Confluían todas las mareas de ciudadanos que han estado protestando por
los recortes en sus respectivos sectores. Esperaba
la calle abarrotada, a pesar del frío. Porque era sábado, y era el día
en que declaraba Urdangarín. Porque es el fin de semana después de esa
patética representación democrática que es el Debate sobre el Estado de
la Nación. Fin de la semana en la que supimos más detalles de que el
partido en el gobierno está intentando salvar los papeles, o los sobres,
a pesar de las evidencias de que han estado encubriendo una
financiación ilegal. Después de que nuestro presidente, elegido por una
mayoría de españoles, siga diciendo que no ha cumplido las promesas,
pero sí con su deber. Como si no fuese un deber cumplir con lo que se
promete.Esperaba mucha más gente, esperaba muchos más gritos, mucha más fuerza. Porque ellos pueden obligar a nuestro presidente a quebrar sus promesas… Pero nuestra fuerza coordinada igual puede en algún momento pararles los pies, ya que nuestros representantes hace dejación de sus “deberes”. Cientos de miles de personas salieron, pero no era la foto impresionante que el momento requería. Ese STOP en mayúsculas que deberíamos haber plantado en la ruta.
La
Organización hizo lo imposible y luchó hasta el agotamiento para que
esta fuese una marcha reivindicativa pero festiva y pacífica. Lo
consiguió. Lo que cuesta más cuajar es esa voz unitaria, esas canciones
que nos faltan, el “Grandola vila morena” de nuestros vecinos que a
nosotros no nos brota. Nos falta alguien o algo que canalice esa fuerza.
Estábamos en la calle como perdidos, sin saber qué más hacer, más que
caminar hasta llegar al lado del Congreso.Pero la motivación la tenemos… Por eso me pregunto ¿qué más falta que nos hagan para plantar cara?. ¿Estamos pasando de la indignación a la resignación? Como respuesta quiero pensar que hay una mayoría que no reacciona porque no puede, ni quiere, creer lo que se le viene encima.
P.D. Ofende y no entiendo como no hay hordas de ciudadanos corriendo a gorrazos al Portavoz del Gobierno de Madrid, Salvador Victoria, por decir que los ciudadanos en la calle eran unos “golpistas”. Estuvo vomitando en twitter toda la tarde la rabia que sienten quienes avalan este negocio infame que se han montado con la crisis. Eso debería hacer ver a la ciudadanía que cuando se hace oír algunos se inquietan hasta perder los papeles.
la lamentable
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