miércoles, 30 de enero de 2013

La Marina limitará los usos en la franja de suelo del acceso norte al puerto

 

El túnel para camiones llegará desde el Cabanyal y cruzará el canal en dirección a los muelles comerciales 

 

El plan de usos de la Marina marcará una serie de restricciones de usos y propiedades en la franja de terreno que debe ocupar el futuro acceso norte al puerto. Se trata de un requisito establecido en el convenio pendiente de firma entre el ayuntamiento y el Gobierno, según indicó ayer el concejal de Urbanismo, Alfonso Novo.
El acceso norte es un ambicioso túnel de dos tubos que debe atravesar la Marina desde la Malvarrosa y el Cabanyal en dirección a los muelles comerciales y para contenedores, algunos en plenas obras en la actualidad. Pretende reducir en más de 30 kilómetros la distancia que recorren ahora los camiones desde la entrada norte de la ciudad, al evitar que rodeen todo el municipio por el by-pass y la V-30.
Novo comentó que no debería haber ningún problema de compatibilidad, dado que el túnel se hará con tuneladora y a mucha profundidad, aunque la servidumbre es una de las condiciones que ha querido incluir el Ministerio de Fomento y la Autoridad Portuaria en el acuerdo que ahora se define. De este modo, el Consorcio Valencia 2007 podrá alquilar o edificar en la franja de terreno afectada, aunque teniendo siempre en cuenta el proyecto pendiente de realizar.
Las obras carecen de calendario fijado y su elevado coste hace que se plantee incluso la alternativa de que nunca se lleguen a hacer. La última cifra conocida era de 800 millones de euros, con una serie de modificaciones en los muelles.
La Generalitat es la que ha liderado esta iniciativa, dentro del reparto de inversiones con el ministerio. En los últimos lustros se han planteado varias opciones, como un túnel de peaje, sólo para camiones o que sirva incluso de ronda este para la ciudad, con una prolongación hasta las inmediaciones de la autovía de El Saler.
El único «empujón» realizado hasta ahora fue la parte en superficie, entre Port Saplaya y el bulevar Serrería, donde se habilitó parte de la calzada en sentido de salida de la ciudad. El resto ha sufrido una «suspensión temporal» por modificaciones en el proyecto.
El problema es que la parte más costosa es el propio túnel, donde no se ha movido ni una piedra. Es más, cuenta con la oposición de la Federación de Vecinos por el impacto que pueda causar en el Marítimo y su inusual coste.
Sobre la reserva de suelo, el concejal indicó que el lugar asignado ahora, o cualquier otro que surja en el desarrollo del proyecto, volverá a manos del Consorcio para su explotación con todos los derechos registrales una vez realizado el túnel. De los alquileres depende en gran medida la devolución a los bancos de los 320 millones de euros concedidos hace años para la transformación de la dársena interior con motivo de la Copa América.
Novo aseguró que la firma del convenio será «cuestión de días». Después, el acuerdo debe recibir el visto bueno del Ministerio de Hacienda y pasar por el Consejo de Ministros. La previsión es que todo este proceso culminará en diciembre, lo que da idea del retraso acumulado. El plan de usos repartirá la Marina entre distintas actividades, como la apertura de tiendas, oficinas, restaurantes, negocios náuticos o incluso un hotel.

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